Por Alberto Portanova
ENSEÑANDO A LOS NINOS
LAS 28 DOCTRINAS
Conocí la iglesia a
los 7 años y cuando tuve 17 años fui a la Universidad Adventista Unión Incaica (hoy Universidad Unión
Peruana) cada semestre estudiábamos un curso de orientación cristiana que
equivaldría a clases de religión y una de mis sorpresas fue descubrir en un
semestre que nosotros los adventistas tenemos 28 doctrinas basadas en la Biblia
como regla de fe, wow 10 años había pasado en la iglesia pero no conocía que
eran 28 las doctrinas de la iglesia a la que asistía de niño...
Los maestros y líderes
de los niños y adolescentes necesitamos conocer no solo las historias de la
Biblia, No solo técnicas de enseñanza y sicología infantil y juvenil sino
también las 28 doctrinas de nuestra iglesia adventista…
¿Qué es una
doctrina?
Según el
diccionario de la lengua española:
Los
Adventistas del Séptimo Día aceptan la Biblia como su único credo y sostienen
que ciertas creencias fundamentales
son enseñanzas de las Santas Escrituras. Estas creencias, así como están
presentadas aquí que son 28 doctrinas,
constituyen el entendimiento y la expresión de la Iglesia sobre las enseñanzas
de las Escrituras.
Una revisión de estas declaraciones se podrían
llevar a cabo en una sesión de la Conferencia General cuando la Iglesia, guiada
por el Espíritu Santo, sea llevada a un entendimiento más completo de la verdad
Bíblica o encuentre palabras más adecuadas en las cuales expresar las
enseñanzas de la Santa Palabra de Dios.
Eso quiere decir que las 28 doctrinas deben ser
conocidas antes y después de nuestro bautismo.
Los maestros y líderes
de los niños y adolescentes necesitan conocer las doctrinas e incluir en su
trabajo con los niños y adolescentes el estudio de cada doctrina según sea la
edad del niño … para que ellos aprendan no solo para el gran paso de su bautismo sino
para conocer en que creen sus padres e iglesia.
Los lideres y maestros al conocer las doctrinas
adventistas sabrán tener cuidado al usar material de otra denominación con
nuestros niños y adolescentes… Preferible evite usar otro material no
adventista
En cierta iglesia adventista que programó la ECV al ver que no tenían un
material adventista preparado la directora de la ECV compró en una librería evangélica
un material para una ECV, lo que ella no sospecho que dentro de ese material había
temas alusivos al infierno y purgatorio … y que sus maestras enseñarían en los
10 días que duro la ECV, hasta que un padre de los niños de la iglesia
descubrió y la directora y maestras pasaron después del verano estudiando con
el pastor las doctrinas adventistas…
Ventajas si los
niños y adolescentes conocen las doctrinas
1.- Niños y adolescentes estudiosos y
con el deseo de estudiar la Biblia por ellos mismos.
2.-Aprenderan a diferenciar que doctrinas no son nuestras y
no están basadas en la Biblia
(Infierno, adoración a imágenes,
bautismo de bebes, el purgatorio, adoración a María, el rapto secreto, el
domingo como día del Señor por haber resucitado, animismo, Panteismo,
inmortalidad del alma etc. No son nuestras doctrinas)
3.-Niños y adolescentes que saben
porque están en la iglesia.
4-Niños y adolescentes que defiendan
sus puntos de vistas bíblicos frente a otros puntos ajenos.
5.-Mantener la unidad en la iglesia
adventista donde pertenecen y está centrada en Cristo y su redención.
6.-Interpretan acontecimientos
pasados y futuros estableciendo su posición en el cosmos y en la batalla entre
el bien y el mal.
7.-Su aprendizaje ayuda a que puedan
compartir el mensaje a otras personas y mantenerse leales a Dios en
circunstancias adversas.
8.-Descubren que las verdades
adventistas no son fabulas o forma una religión legalista y dura sino muestra
un Dios de amor que planificó nuestra salvación y nos dio la Biblia como su
libro de texto.
9.- Valoran que solo la Biblia es nuestro
libro de texto y los libros del Espíritu de Profecía libros de consejería espiritual
que nos lleva a la Biblia.
10.-Aprenden más de lo que sus padres
pueden conocer y une a la familia en el conocimiento y la verdad dicha por la
Biblia y predicada por la iglesia a la que pertenece.
Los niños valdenses…
“Desde que eran pequeños recibían
instrucción de las sagradas escrituras y se les ensenaba a considerar sagrados
los requerimientos de la ley de Dios. Los ejemplares de la Biblia eran raros
por eso aprendían de memoria sus preciosas palabras…” Conflicto de los Siglos
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PREGUNTA CLAVE
SI TUVIERAMOS PERSECUCIONES COMO EN
LA EDAD MEDIA…
¿NUESTROS NIÑOS Y ADOLESCENTES SE MANTENDRIAN FIELES A
NUESTRAS DOCTRINAS?
ACTIVIDADES BIBLICAS QUE LOS MAESTROS Y LÍDERES PUEDEN ORGANIZAR PARA
ENSEÑAR LAS 28 DOCTRINAS
Iniciemos pensando que tenemos 28
doctrinas y para estudiar cada una de ellas necesitaríamos 28 sábados sin
interrumpir eso equivale a 2 trimestres y 2 sábados.
Recordemos la edad de los niños, los
niños de cuna quizás son pequeños para entender la doctrina de la inmortalidad
del alma pero si pueden entender que Dios es su Padre Celestial y la Creación.
En el plan de trabajo del Dpto.
Infantil o juvenil o en aventureros o
conquistadores podemos incluir el estudio de las 28 doctrinas usando un tiempo programado.
La programación de las clases
bautismales o clases Bíblicas pueden ser una bendición para el estudio de las
28 doctrinas de la iglesia
Si tenemos la sociedad de menores los
sábados de tarde podemos como tema central estudiar las 28 doctrinas…
Cuando realizamos el plan de estudiar
las 28 doctrinas recuerden hacer un plan de clases activo e ilustrado, Las
ayudas visuales ayudan mucho a entender a los niños y adolescentes algunas de
las doctrinas (El santuario, Los 2300 días, etc.)
Algunas de nuestras doctrinas pueden
llevar a los niños a visitar la iglesia (como un tours) visite el bautisterio
de la iglesia, o lleve en el momento de contar las ofrendas así los niños
entenderán el valor de los diezmos. Etc.
Los niños y adolescentes debería llevar
lectura de lo estudiado a casa así afirman lo aprendido con sus maestros y
lideres.
Los padres deben ser informados de
que sus hijos nuestros alumnos estudiaran las doctrinas de la iglesia así los
padres pueden ayudar y reforzar en casa el trabajo de los maestros.
Invite al pastor y a su esposa para
la enseñanza de alguna de las doctrinas así los niños y adolescentes verán al
pastor como un amigo y además facilita la visita del pastor a los hogares.
Si en una clase usted tiene que
ausentarse deje alguien a cargo pero no se ausente demasiado sino los niños y
adolescentes pensaran que no es importante el estudio de las mismas.
Aquí se invierte un tiempo en el
estudio de las doctrinas con el tiempo los niños y adolescentes serán más
fuertes en el conocimiento de las mismas y de la Biblia.’
Libros al alcance de los maestros,
los niños y adolescentes de las doctrinas
de la IASD
Los maestros y líderes del ministerio
del menor requieren tener una biblioteca personal
Deberíamos tener en nuestros
Biblioteca los libros de la Sra. White
Conflicto de los siglos
Historia de la Redención
El Deseado de Todas las Gentes
Profetas y Reyes
Patriarcas y Profetas
La iglesia adventista ha preparado un
libro de nuestras creencias que podemos obtener en el ABC, el libro se llama
Creencias de los Adventistas del Séptimo Día.
Para los niños y adolescentes tenemos
los libros
Las 28
creencias para mí
También el maestro puede usar el curso la fe
de Jesús que contiene las doctrinas de la IASD muy útil para las clases bautismales…
Los Adventistas del Séptimo Día
aceptan la Biblia como su único credo y mantienen creencias fundamentales como
enseñan las Sagradas Escrituras. Estas creencias constituyen la percepción y
expresión que la Iglesia sostiene con respecto a las enseñanzas bíblicas.
1. Las Sagradas Escrituras
Las Sagradas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento, son la Palabra de
Dios escrita, dada por inspiración divina por intermedio de santos hombres de
Dios que hablaron y escribieron al ser movidos por el Espíritu Santo. (II Pedro
1:20 y 21; II Tim. 3:16 y 17; Sal. 119:105; Prov. 30:5 y 6; Isa. 8:20; Juan
10:35; 17:17; I Tes. 2:13; Heb. 4:12).
2. La Trinidad
Hay un sólo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas
coeternas. Dios es inmortal, omnipotente, omnisciente, encima de todo, y
siempre presente. (Deut. 6:4; 29:29; Mat.
28:19; II Cor. 13:13; Efes. 4:4-6; I Pedro 1:2; I Tim. 1:17; Apoc. 14:6 y 7).
3. Dios Padre
Dios, el Eterno Padre, es el Creador, el Originador, el Mantenedor y el
Soberano de toda la creación. Él es justo y santo, compasivo y clemente, tardo
en airarse, y grande en constante amor y fidelidad. (Gén. 1:1; Apoc. 4:11; I
Cor. 15:28; Juan 3:16; I Juan 4:8; I Tim. 1:17: Éxo. 34:6 y 7; Juan 14:9).
4. Dios Hijo
Dios, el Hijo Eterno, se encarnó en Jesucristo. Por medio de Él se crearon
todas las cosas, se reveló el carácter de Dios, se efectuó la salvación de la
humanidad y se juzga el mundo. Jesús sufrió y murió en la cruz por nuestros
pecados y en nuestro lugar, fue resucitado entre los muertos y ascendió para
administrar en el santuario celestial a nuestro favor. Vendrá otra vez para la
liberación final de Su pueblo y la restauración de todas las cosas. (Juan 1:1-3
y14; 5:22; Col. 1:15-19; Juan 10:30; 14:9; Rom. 5:18; 6:23; II Cor. 5:17-21;
Lucas 1:35; Filip. 2:5-11; I Cor. 15:3 y 4; Heb. 2:9-18; 4:15; 7:25; 8:1 y 2;
9:28; Juan 14:1-3; I Ped. 2:21; Apoc. 22:20). Ver video (Realvideo 3 minutos).
5. Dios Espíritu Santo
Dios, el Espíritu Santo, desempeñó una parte activa con el Padre y el Hijo en
la Creación, Encarnación y Redención. Inspiró a los escritores de las
Escrituras. Llenó de poder la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres
humanos; y los que se muestran sensibles, son renovados y transformados por Él,
a imagen de Dios. Concede dones espirituales a la Iglesia. (Gén. 1:1 y 2; Lucas
1:35; II Pedro 1:21; Lucas 4:18; Hechos 10:38; II Cor. 3:18; Efes. 4:11 y 12;
Atos 1:8; Juan 14:16-18 y 26; 15:26 y 27; 16:7-13; Rom. 1:1-4).
6. Dios es el Creador
Dios es el Creador de todas las cosas y reveló en las Escrituras el relato
auténtico de Su actividad creadora. En seis días hizo el Señor los Cielos y la
Tierra y todo lo que tiene vida sobre la Tierra, y descansó el séptimo día de
esa primera semana. (Gén. 1;2; Éxo. 20:8-11; Sal. 19:1-6; 33:6 y 9; 104; Heb.
11:3; Juan 1:1-3; Col. 1:16 y 17).
7. La Naturaleza del Hombre
El hombre y la mujer fueron formados a imagen de Dios con individualidad y con
el poder y la libertad de pensar y actuar. Como han sido creados como seres
libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y alma, y
dependiente de Dios en cuanto a la vida, respiración y todo lo demás. Cuando
nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de Él y
cayeron de sua elevada posición abajo de Dios. La imagen de Dios en ellos, fue desfigurada,
se volvieron mortales. Sus descendientes comparten esa naturaleza caída y de
sus consecuencias. (Gén. 1:26-28; 2:7; Sal. 8:4-8; Hechos 17:24-28; Gén. 3;
Sal. 51:5; Rom. 5:12-17; II Cor. 5:19 y 20).
8. El Gran Conflicto
Toda la humanidad está involucrada en un gran conflicto entre Cristo y Satanás,
en cuanto al carácter de Dios, Su Ley y Su soberanía sobre el Universo. Ese
conflicto se originó en el Cielo, cuando un ser creado, dotado de libertad de
elección, por exaltación propia, se convirtió en Satanás, el adversario de
Dios, y condujo la rebelión de una parte de los ángeles. Él introdujo el
espíritu de rebelión en este mundo. Observado por toda la Creación, este mundo
se convirtió en el palco del conflicto universal, dentro del cual será finalmente
reivindicado el Dios de amor. (Apoc.
12:4-9; Isa. 14:12-14; Ezeq. 28:12-18; Gén. 3; Gén. 6-8; II Pedro 3:6; Rom.
1:19-32; 5:19-21; 8:19-22; Heb. 1:4-14; I Cor. 4:9).
9. Vida, Muerte y Resurrección de
Cristo
En la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y en Su
sufrimiento, muerte y resurrección, Dios proveyó el único medio de expiación
del pecado humano, de modo que los que aceptan esa expiación por fe, puedan
tener vida eterna, y toda la Creación comprenda mejor el infinito y santo amor
del Creador. (Juan 3:16; Isa. 53; II Cor. 5:14, 15 y 19-21; Rom. 1:4; 3:25;
4:25; 8:3 y 4; Filip. 2:6-11; I Juan 2:2; 4:10; Col. 2:15).
10. La Experiencia de la Salvación
En infinito amor y misericordia, Dios permitió que Cristo se convirtiese en
pecado por nosotros, para que en Él fuésemos hechos justicia de Dios. Guiados
por el Espíritu Santo reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de
nuestras transgresiones y tenemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como
Sustituto y Ejemplo. Esta fe que acepta la salvación, viene del poder de la
Palabra y es el don de la gracia de Dios. Por medio de Cristo somos
justificados y libertados del dominio del pecado. Por medio del Espíritu,
nacemos de nuevo y somos justificados. Permaneciendo en Él, participamos de la
naturaleza divina y tenemos la seguridad de la salvación, ahora y en el Juizo.
(Sal. 27:1; Isa. 12:2; Jonas 2:9; Juan 3:16; II Cor. 5:17-21; Gál. 1:4; 2:19 y
20; 3:13; 4:4-7; Rom. 3:24-26; 4:25; 5:6-10; 8:1-4, 14, 15, 26 y 27; 10:7; I
Cor. 2:5; 15:3 y 4; I Juan 1:9; 2:1 y 2; Efes. 2:5-10; 3:16-19; Gál. 3:26; Juan
3:3-8; Mat. 18:3; I Pedro 1:23; 2:21; Heb. 8:7-12).
11. El crecimiento en Cristo
Por su muerte en la cruz, Jesús triunfó sobre las fuerzas del mal.
Él, que durante su ministerio terrenal subyugó los espíritus demoníacos,
ha quebrantado su poder y asegurado su condenación final. La victoria de Jesús
nos da la victoria sobre las fuerzas del mal que aún tratan de dominarnos,
mientras caminamos con él en paz, gozo y en la seguridad de su amor. Ahora, el
Espíritu Santo mora en nosotros y nos capacita con poder. Entregados
continuamente a Jesús como nuestro Salvador y Señor, somos libres de la carga
de nuestras acciones pasadas. Ya no vivimos en las tinieblas, ni en el temor de
los poderes malignos, ni en la ignorancia y falta de sentido de nuestro antiguo
estilo de vida. En esta nueva libertad en Jesús, somos llamados a crecer a la
semejanza de su carácter, manteniendo diariamente comunión con él en oración,
alimentándonos de su Palabra, meditando en ella y en su providencia, cantando
sus alabanzas, reuniéndonos juntos para adorar, y participando en la misión de
la iglesia. Al darnos en amoroso servicio a aquellos que nos rodean y al dar
testimonio de su salvación, Cristo, en virtud de su presencia constante con
nosotros por medio del Espíritu, transforma cada uno de nuestros momentos y
cada una de nuestras tareas en una experiencia espiritual (Sal. 1:1, 2; 23:4;
77:11, 12; Col. 1:13, 14: 2:6, 14, 15; Luc. 10:17-20; Efe. 5:19, 20; 6:12-18; 1
Tes. 5:23; 2 Ped. 2:9; 3:18; 2 Cor. 3:17, 18; Fil. 3:7-14; 1 Tes. 5:16-18; Mat.
20:25-28; Juan 20:21; Gál. 5:22-25; Rom. 8:38, 39; 1 Juan 4:4; Heb. 10:25).
12. La Iglesia
La Iglesia es la comunidad de creyentes que confiesan a Jesucristo como Señor y
Salvador. Nos unimos para adorar, para comunión, para instrucción en la
Palabra, para celebrar la Cena del Señor, para el servicio a toda la humanidad
y para la proclamación mundial del Evangelio. La Iglesia es la Familia de Dios.
La Iglesia es el cuerpo de Cristo. (Gén. 12:3; Hechos 7:38; Mat. 21:43;
16:13-20; Juan 20:21 y 22; Hechos 1:8; Rom. 8:15-17; I Cor. 12:13-27; Efes.
1:15 y 23; 2:12; 3:8-11 y 15; 4:11-15).
13. El Remaneciente y su Misión
La Iglesia universal se compone de todos los que verdaderamente creen en
Cristo; pero, en los últimos días, un remaneciente ha sido llamado, a fin de
guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este remaneciente anuncia la
llegada de la hora del Juicio, proclama la salvación por medio de Cristo y
predice la aproximación de Su segundo advenimiento. (Mar. 16:15; Mat. 28:18-20;
24:14; II Cor. 5:10; Apoc. 12:17; 14:6-12; 18:1-4; Efes. 5:22-27; Apoc.
21:1-14).
14. Unidad en el Cuerpo de Cristo
La Iglesia es un cuerpo con muchos miembros, llamados de toda nación, tribu,
lengua y pueblo. Todos somos iguales en Cristo. Mediante la revelación de
Jesucristo en las Escrituras, compartimos la misma fe y esperanza y extendemos
un solo testimonio para todos. Esta unidad encuentra su fuente en la unidad del
Dios triuno, que nos adoptó como Sus hijos. (Sal. 133:1; I Cor. 12:12-14;
Hechos 17:26 y 27; II Cor. 5:16 y 17; Gál. 3:27-29; Col. 3:10-15; Efes. 4:1-6;
Juan 17:20-23; Santiago 2:2-9; I Juan 5:1).
15. El Bautismo
Por el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y en la resurrección
de Jesucristo y testimoniamos nuestra muerte al pecado y nuestro propósito de
andar en novedad de vida, siendo aceptados como miembros por Su Iglesia. Y por
inmersión en el agua se sigue la instrucción en las Escrituras Sagradas y la
aceptación de sus enseñanzas. (Mat. 3:13-16; 28:19 y 20; Hechos 2:38; 16:30-33;
22:16; Rom. 6:1-6; Gál. 3:27; I Cor. 12:13; Col. 2:12 y 13; I Pedro 3:21).
16. La Cena del Señor
La Cena del Señor es una participación en los emblemas del cuerpo y de
la sangre de Jesús, como expresión de fe en Él, nuestro Señor y Salvador. La
preparación incluye el examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesión.
El Maestro instituyó la Ceremonia del lavamiento de pies para representar
renovada purificación, para expresar la disposición de servir uno al otro en
humildad semejante a la de Cristo, y para unir nuestros corazones en amor.
(Mat. 26:17-30; I Cor. 11:23-30; 10:16 y 17; Juan 6:48-63; Apoc. 3:20; Juan 13:1-17).
17. Dones y Ministerios Espirituales
Dios concede a todos los miembros de Su Iglesia, en todas las épocas, dones
espirituales. Siendo otorgados por la actuación del Espíritu Santo, el cual
distribuye a cada miembro como le place, los dones proveen todas las aptitudes
y ministerios que la Iglesia necesita para cumplir sus funciones divinamente
ordenadas. Algunos miembros son llamados por Dios y dotados por el Espíritu
para funciones reconocidas por la Iglesia en ministerios pastorales,
evangélicos, apostólicos y de enseñanza. (Rom. 12:4-8; I Cor. 12:9-11, 27 y 28;
Efes. 4:8 y 11-16; II Cor. 5:14-21; Hechos 6:1-7; I Tim. 2:1-3; I Pedro 4:10 y
11; Col. 2:19; Mat. 25:31-36).
18. El Don de Profecía
Uno de los dones del Espíritu Santo es la profecía. Este don es una
característica de la Iglesia remaneciente y fue manifestado en el ministerio de
Ellen G. White. Como la mensajera del Señor, sus escritos son una continua y
autorizada fuente de verdad y proporcionan consuelo, orientación, instrucción y
corrección a la Iglesia. (Joel 2:28 y 29; Hechos 2:14-21; Heb. 1:1-3; Apoc.
12-17; 19:10).
19. La Ley de Dios
Los grandes principios de la Ley de Dios son incorporados en los Diez
Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la
voluntad y los propósitos de Dios acerca de la conducta y de las relaciones
humanas, y son obligatorios a todas las personas, en todas las épocas. Esos
preceptos constituyen la base del concierto de Dios con Su pueblo y la norma
del juicio de Dios. (Éxo. 20:1-17; Mat. 5:17;
Deut. 28:1-14; Sal. 19:7-13; Juan 14:15; Rom. 8:1-4; I Juan 5:3; Mat. 22:36-40;
Efes. 2:8).
20. El Sábado
El bondadoso Creador, después de los seis días de la Creación, descansó
el séptimo día e instituyó el Sábado para todas las personas, como recordativo
de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable Ley de Dios requiere la
observancia de este sábado del séptimo día como día de descanso, adoración y
ministerio, en armonía con la enseñanza y práctica de Jesús, el Señor del
Sábado. (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; 31:12-17; Lucas 4:16; Heb. 4:1-11; Deut.
5:12-15; Isa. 56:5 y 6; 58:13 y 14; Lev. 23:32; Mar. 2:27 y 28).
21. Mayordomía
Somos mayordomos de Dios, responsables por el uso apropiado del tiempo y de las
oportunidades, capacidades y posesiones, y de las bendiciones de la Tierra y
sus recursos que Él colocó bajo nuestro cuidado. Reconocemos el derecho de
propiedad de parte de Dios, por medio del fiel servicio a Él y a nuestros
semejantes, y devolviendo los diezmos y dando ofrendas para la proclamación de
Su Evangelio y para la manutención y el crecimiento de Su iglesia. (Gén.
1:26-28; 2:15; Hageo 1:3-11; Mal. 3:8-12; Mat. 23:23; I Cor. 9:9-14).
22. Conducta Cristiana
Somos llamados para ser un pueblo piadoso, que piensa, siente y actúa de
acuerdo con los principios del Cielo. Para que el Espíritu recree en nosotros
el carácter de nuestro Señor, solo nos involucramos con aquellas cosas que
producirán en nuestra vida, pureza, salud y alegría semejantes a las de Cristo.
(I Juan 2:6; Efes. 5:1-13; Rom. 12:1 y 2; I Cor. 6:19 y 20; 10:31; I Tim. 2:9 y
10; Lev. 11:1-47; II Cor. 7:1; I Pedro 3:1-4; II Cor. 10:5; Filip. 4:8).
23. Matrimonio y Familia
El casamiento fue divinamente establecido en el Edén y confirmado por Jesús
como unión vitalicia entre un hombre y una mujer, en amoroso compañerismo. Para
el cristiano, el compromiso matrimonial es con Dios, y con el cónyuge, y
solamente debe ser asumido entre parejas que comparten la misma fe. Referente
al divorcio, Jesús enseñó que la persona que se divorcia del cónyuge, a no ser
por causa de fornicación, y se casa con otro, comete adulterio. Dios bendice a
la familia y quiere que sus miembros se ayuden uno al otro a alcanzar completa
madurez. Los padres deben educar sus hijos a amar al Señor y a obedecerle.
(Gén. 2:18-25; Deut. 6:5-9; Juan 2:1-11; Efes. 5:21-33; Mat. 5:31 y 32; 19:3-9;
Prov. 22:6; Efes. 6:1-4; Mal. 4:5 y 6; Mar. 10:11 y 12; Lucas 16:18; I Cor. 7:10
y 11).
24. El Ministerio de Cristo en el
Santuario Celestial
Hay un santuario en el Cielo. En él, Cristo intercede en nuestro favor,
haciendo accesibles a los creyentes los beneficios de Su sacrificio expiatorio
ofrecido una vez por todas, en la cruz. Él es nuestro gran Sumo Sacerdote y
comenzó Su ministerio intercesor en ocasión de Su ascensión. En 1844, a final
del período profético de los 2.300 días, inició la segunda y última etapa de Su
ministerio expiatorio. El juicio investigador revela a los seres celestiales
quien entre los muertos será digno de formar parte en la primera resurrección.
También se hace manifestó quien, entre los vivos, está preparado para la
traslación a Su reino eterno. La terminación del ministerio de Cristo señalará
el fin del tiempo de gracia para los seres humanos, antes del Segundo
advenimiento. (Heb. 1:3; 8:1-5; 9:11-28; Dan. 7:9-27; 8:13 y 14; 9:24-27; Núm.
14:34; Ezeq. 4:6; Mal. 3:1; Lev. 16; Apoc. 14:12; 20:12; 22:12).
25. La Segunda Venida de Cristo
La segunda venida de Cristo es la bendita esperanza de la Iglesia. La venida
del Salvador será literal, personal, visible y universal. (Tito 2:13; Juan
14:1-3; Hechos 1:9-11; I Tes. 4:16 y 17; I Cor. 15:51-54; II Tes. 2:8; Mat. 24;
Mar. 13; Lucas 21; II Tim. 3:1-5; Joel 3:9-16; Heb. 9:28).
26. Muerte y Resurrección
El salario del pecado es la muerte. Pero Dios, el único que es inmortal,
concederá vida eterna a Sus redimidos. Hasta aquel día, la muerte es un estado
inconsciente para todas las personas. (I Tim. 6:15 y 16; Rom. 6:23; I Cor.
15:51-54; Ecles. 9:5 y 6; Sal. 146:4; I Tes. 4:13-17; Rom. 8:35-39; Juan 5:28 y
29; Apoc. 20:1-10; Juan 5:24).
27. El Milenio y el Fin del Pecado
El milenio es el reinado de mil años de Cristo con Sus santos, en el Cielo,
entre la primera y la segunda resurrección. Durante este tiempo serán juzgados
los impíos muertos. Al fin de ese período, Cristo con Sus Santos y la Ciudad
Santa descenderán del Cielo a la Tierra. Los impíos muertos serán entonces
resucitados y, con Satanás y sus ángeles, cercarán la ciudad; pero el fuego de
Dios los consumirá y purificará la Tierra. El Universo quedará eternamente
libre del pecado y de los pecadores. (Apoc. 20; Zac. 14:1-4; Mal. 4:1; Jer.
4:23-26; I Cor. 6; II Pedro 2:4; Ezeq. 28:18; II Tes. 1:7-9; Apoc. 19:17, 18 y
21).
28. La Nueva Tierra
En la Nueva Tierra, en que habita la justicia, Dios proveerá un hogar eterno
para los redimidos y un ambiente perfecto para vida, amor, alegría y
aprendizaje eternos, en Su presencia. (II Pedro 3:13; Gén. 17:1-8; Isa. 35;
65:17-25; Mat. 5:5; Apoc. 21:1-7; 22:1-5; 11:15).